Mecha Corta lo hizo de nuevo. Cada jueves de este 2018 escribió apetitosas columnas donde mezcló, al igual que el año pasado, los dos ingredientes que mejor maneja: la política y la cocina. Así la cosa, le dedicó recetas a los más variados personajes de la contingencia nacional, pasándolos sin piedad por su agudo cedazo.  Como ya es un clásico, le sacó el jugo a las intrincadas y sabrosas historias en las que nuestros políticos se ven enfrascados y desempolvó sus recetarios para dedicarles el plato indicado.

Y es que ya lo conocemos. Mecha Corta prende con agua, no es especialista en nada, pero es un generalista que opina de todo. Intenso, riguroso, aficionado a la buena mesa y a la política, es un hombre culto y muy informado, a quien le descompone lo mal hecho y desprecia a todo aquel que opte por el camino fácil.

Tímido, amante de su país y mal genio, su lado querendón sólo lo despierta su familia y las mujeres inteligentes y admite, sin tapujos, que sus debilidades son la comida, los libros y la prensa, las que devora indistintamente con insaciable apetito.

Así pues, este libro es, al igual que la versión 2017, un completo relato de los hitos y acontecimientos más relevantes del ámbito político nacional de este año, condimentado con deliciosas y variadas recetas.